UN AÑO DEL DEVASTADOR TERREMOTO EN SIRIA Y TURQUÍA

Spread the love

A las 4:30 de la madrugada del 6 de febrero de 2023, un fuerte terremoto sacudió el sureste y el noroeste de Turquía y Siria. Los edificios se derrumbaron, más de 55 000 personas murieron y varios millones fueron desplazadas de sus hogares.

Dos de estos refugiados fueron Samih y María. La pareja vive en Alepo (Siria), donde al menos 3 500 edificios sufrieron daños con necesidad de urgentes reparaciones estructurales.

Cuando se produjo el terremoto, la pareja estaba en su edificio de apartamentos. Bajaron corriendo las escaleras, a pesar de que María aún se estaba recuperando del parto por cesárea de Ralph, su segundo hijo. La familia salió de casa en estado de shock por el horror del momento. «Fue una noche terrible. En 13 años de guerra, nunca vivimos nada parecido al pánico que sentimos aquel día, condensado en ese minuto y medio», recuerda vivamente Maria.

Mientras bajaban con dificultad las escaleras, se dieron cuenta de que su hijo de dos años, Elías, ni siquiera llevaba abrigo. «Con el caos del momento y estar pendientes de nuestro bebé recién nacido, ni nos fijamos en que nuestro otro hijo pequeño no llevaba abrigo ni nada». Empezaron a llamar rápidamente a las puertas de sus vecinos, buscando una forma de proteger a Elías de las gélidas temperaturas de fuera. Pero nadie respondió.

Cuando salieron fuera, descubrieron por qué: todo el mundo estaba ya en la calle, con el pánico en los ojos y en tensión por si se producían réplicas del terremoto.

La descripción de María de esta «noche horrible» coincide con la de casi todos los habitantes de Alepo. Aunque ya habían sufrido 13 años de bombardeos, morteros, explosiones, restricciones, amenazas de extremistas islámicos y dificultades económicas, nada se podía comparar a la horrible experiencia por la que pasaron aquella noche.

 

Maldición y bendición
Ahora, un año después, la pareja recuerda aquel desastre y todo lo que ha provocado. Esta familia de cuatro miembros reside actualmente en un piso de una única habitación. Samih suele dormir en un sofá, ya que la cama es tan pequeña que no caben cuatro personas, aunque dos de ellas sean niños pequeños.

María se seca las lágrimas al recordar aquella noche. Mira ahora a Ralph con sus grandes y hermosos ojos, todavía llenos de asombro, y nos abre su corazón: «En cierto modo, aquel terremoto fue una bendición; sí, fue una bendición para nosotros y para muchos otros sirios. Antes vivíamos muy preocupados por cómo íbamos a pagar los gastos del hospital, comprar pañales, llegar a fin de mes… Pero entonces llegó el terremoto, y con él recibimos una respuesta a esta ansiedad».

Dios obra de maneras misteriosas. Desde luego que el terremoto fue un terrible desastre. La gente perdió su vida, a sus seres queridos, sus casas y sus negocios. Pero para muchos cristianos que sobrevivieron, también llegó a ser una bendición, como asegura María un año después del incidente.

Esto no quiere decir que haya sido fácil superarlo. «En los primeros instantes tras el terremoto, sentí que Jesús estaba conmigo, que me daba fuerzas», recuerda. «Pero, después del segundo terremoto de aquel día, empecé a dudar: ¿Por qué no lo detuvo?».

«En cierto modo, aquel terremoto fue una bendición (…) para nosotros y para muchos otros sirios»
MARÍA, CRISTIANA SIRIA EN RIESGO DE POBREZA

Nueva vida
«Me llena de pánico y tristeza recordar la noche del 6 de febrero de 2023», se lamenta Kamal, un cristiano sirio que vive en Latakia, una ciudad costera a unas dos horas y media de Alepo. «Me desperté por la mañana con toda la casa temblando. No puedo llegar a expresar bien lo aterrador que fue. Lo único que pude hacer en aquel momento fue hablar con Dios».

La casa de Kamal seguía en pie tras el terremoto, pero quedó extremadamente dañada; por lo que, si quería volver, necesita serias reparaciones.

Al cabo de unos días, María empezó a ver cómo Dios puede convertir las cosas malas en buenas, como si se materializara ante sus ojos su versículo favorito de la Biblia, Romanos 8:28: «Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas obrarán juntamente para su bien, para los que conforme a su propósito son llamados».

«Durante los seis meses siguientes, no tuvimos que pagar más pañales para Ralph, nuestro bebé de la calle», agradece, utilizando este apodo que los abuelos del pequeño le han puesto en broma. Le llaman así porque a los cuatro días de nacer ya vagaba por las calles, lo que en Siria es muy extraño, pero que fue obligatorio para esta familia tras el terremoto. Normalmente, una madre siria y su recién nacido no salen de casa hasta al menos un mes después del parto, y la primera vez sería para visitar la iglesia.

Pero para Maria y Samih, la situación no era sostenible a largo plazo: él no tenía trabajo y ella estaba de baja por maternidad no remunerada.

 

Fuimos uno con ellos
Ante esta repentina catástrofe, Puertas Abiertas lanzó una campaña de apoyo a nivel internacional al poco del terremoto titulada «Emergencia en Turquía y Siria». Gracias a las oraciones y apoyos de muchas personas alrededor del mundo, la iglesia local de esta pareja pudo ayudarles a ellos y a muchas otras familias en apuros. Incluso antes del terremoto, muchas familias cristianas como la de María ya estaban bajo el umbral de la pobreza, con dos o tres trabajos que les daban lo justo para sobrevivir.

Un colaborador local de Puertas Abiertas en Siria utilizó los donativos de personas como tú para ayudar a restaurar las casas de las personas afectadas por el terremoto. Sólo en Alepo, más de 7 000 personas tuvieron que abandonar sus hogares esa noche y fueron a alojarse en iglesias y monasterios.

Durante estos 365 días desde el desastre, nuestro colaborador ha ayudado a estas familias a volver a sus casas tras restaurarlas y hacerlas seguras de nuevo. En Alepo, se repararon 1 540 casas a lo largo del año pasado, y muchas familias han regresado rebosando gratitud. En Latakia, donde vive Kamal, se restauraron otras 464 casas.

«Recibimos ayuda y pudimos reconstruir nuestros hogares y reparar los daños causados por el terremoto», se alegra Kamal. «Estamos agradecidos, muy agradecidos, a todas las personas que compartieron nuestro sufrimiento y nos ayudaron a seguir adelante y a mantenernos en pie. Gracias, gracias, estamos muy agradecidos».

María y Samih tuvieron suerte de que su casa no sufriera daños. Pero, aun así, quedaron profundamente afectados y traumatizados por el terremoto. Los apoyos recibidos también se pusieron al servicio de personas como estas: junto con otras 5 038 familias, recibieron ayuda en forma de vales únicos en efectivo, distribuidos por el colaborador local de Puertas Abiertas.

Además, tu apoyo contribuyó a proporcionar paquetes de alimentos, ayudas para el alquiler y para el invierno que las familias han recibido regularmente en este año transcurrido desde la catástrofe.

«Estamos muy agradecidos a todas las personas que compartieron nuestro sufrimiento y nos ayudaron a seguir adelante y a mantenernos en pie»
KAMAL, CRISTIANO SIRIO QUE PERDIÓ SU CASA EN EL TERREMOTO

Las necesidades un año después
En cierto modo, el terremoto cambió el estilo de vida para muchos sirios. Tras apenas 90 segundos de fuertes temblores, muchas personas encontraron la solución a algunos de sus problemas. Alrededor de todo el mundo, la gente sintió su dolor y empezó a levantar apoyos y a orar por ellos. ¡Los cristianos sirios sabían que no estaban solos ni olvidados!

Actualmente, siguen necesitando nuestras oraciones. Siria sigue en constante estado de alarma y los cristianos continúan viviendo bajo riesgo. Muchos sirios que decidieron seguir a Jesús ya han huido del país y otros muchos quieren marcharse. El futuro de la Iglesia siria está en riesgo, pero Puertas Abiertas y nuestros colaboradores siguen comprometidos a fortalecer al pueblo de Dios para que sean de sal y luz en Siria, y reflejan allí el amor de Jesús. Te animamos a seguir siendo uno con ellos.

fuente https://www.puertasabiertas.org/es-ES/actualidad/todos/primer-aniversario-del-devastador-terremoto-en-siria-y-turquia/

 

 

Publicado en Puertas Abiertas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *